Existen muchas incertidumbres respecto a la estimación de los costes actuales y futuros de la captura y almacenamiento de CO2. Aunque algunos componentes de la captura y almacenamiento de CO2 ya se están aplicando para ciertas aplicaciones industriales en mercados maduros, esta tecnología todavía no ha sido utilizada en las grandes centrales eléctricas, donde su aplicación goza del mayor potencial.
En un sistema completamente integrado, los procesos de captura y compresión serían los más costosos. De manera general se estima que el almacenamiento geológico es más rentable que el almacenamiento oceánico, siendo la carbonatación mineral la tecnología más costosa.
Los costes totales no sólo dependerán del sistema de captura utilizado, del tipo de almacenamiento o de la distancia de transporte, sino también de otras variables como el diseño, la operación, la financiación, la talla y la localización de la planta, el tipo de combustible utilizado , así como los costes derivados del consumo de combustible y electricidad.
Bajo las condiciones actuales, la producción de electricidad cuesta aproximadamente de 0.04 a 0.06 dólares americanos por kWh. Si se adoptaran las tecnologías actuales de captura y almacenamiento de CO2, se estima que su coste aumentaría de 0.01 a 0.05 dólares por k Wh. Esta cifra podría reducirse de 0.01 a 0.02 dólares por kWh si los ingresos derivados de la recuperación asistida del petróleo compensasen estos costes.
Al comparar la captura y almacenamiento de CO2 con las otras opciones tecnológicas para reducir las emisiones de CO2, hay que tener en cuenta que se requiere de 10 a 40% de energía adicional para producir la misma cantidad de electricidad. Los costes por tonelada de CO2 evitado suelen variar en un rango bastante amplio. Gran parte del potencial tecnológico está disponible a unos costes superiores a los de las demás opciones destinadas a mejorar la eficiencia energética, aunque sigue siendo inferior a la mayoría de las opciones de energía solar.
Cuando se planifica la construcción de una nueva planta, el cálculo de los costes que implica el establecimiento de los sistemas de captura y almacenamiento de CO2 puede tener una influencia sobre el tipo de planta escogida. Esta tecnología puede aplicarse a las tecnologías actuales como el carbón pulverizado o el ciclo combinado de gas natural (CCGN). Sin embargo, los costes adicionales serán inferiores cuando la tecnología de captura y almacenamiento de CO2 se integre dentro de nuevas tecnologías como el ciclo combinado con gasificación integrada (CCGI) o las instalaciones para la producción de hidrógeno (durante la pre-combustión). Aunque la mayoría de las instalaciones existentes podrían ser modernizadas para integrar los sistemas de CAC, resultaría mucho más caro frente a las nuevas plantas que ya incorporen dichos sistemas.
Los futuros costes de la captura y almacenamiento de CO2 podrían disminuir a medida que avance la tecnología y una vez que se utilicen a gran escala, quizás en un 20 o 30% durante la próxima década. Sin embargo, el aumento del precio de los combustibles fósiles podría aumentar sus costes. Como las plantas de biomasa tienen en la actualidad un tamaño pequeño, los costes para la captura y almacenamiento de CO2 deberían ser relativamente altos. Los costes de captura y almacenamiento de CO2 a partir de procesos industriales que no sean la producción de electricidad, pueden ser inferiores a los de las centrales eléctricas, sobretodo en aquellos procesos, como la producción de hidrógeno o amoniaco, que ya separan el CO2. Más en inglés…
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