Para capturar el dióxido de carbono (CO2) primero debe separarse de los demás gases resultantes de la combustión o del tratamiento. Luego se comprime y se purifica para facilitar su transporte y almacenamiento.
Cada uno de los tres sistemas siguientes permite capturar el dióxido de carbono resultante de la combustión, especialmente en el sector eléctrico:
Sistema | Avance | Importe neto de CO2 “evitado” |
---|---|---|
Post-combustión | Uso comercial hace décadas en otras aplicaciones relacionadas | 80-90% |
Pre-combustión | ||
Oxicombustión | Fase de demostración | 90% |
En los sistemas de post-combustión, los gases resultantes de la combustión del carburante en el aire (gases de combustión) tan sólo contienen pequeñas fracciones de CO2. Éste se captura por la inyección de los gases de combustión en un líquido que absorbe únicamente el CO2 (como un solvente orgánico enfriado o comprimido). El CO2 casi puro puede entonces ser liberado del líquido, al calentarlo o liberar la presión. Ya se están utilizando similares procesos de separación a gran escala para eliminar el CO2 del gas natural
En los sistemas de pre-combustión, el combustible primario se transforma primero en gas mediante su calentamiento con vapor y aire u oxígeno. Esta transformación produce un gas compuesto esencialmente de hidrógeno y de CO2, que pueden ser fácilmente separados. El hidrógeno puede entonces utilizarse para la producción de energía o calefacción.
La oxicombustión utiliza el oxígeno puro para quemar el combustible en lugar de utilizar el aire, que únicamente contiene 20% del oxígeno y mucho nitrógeno. Su resultante es un gas mixto compuesto esencialmente de vapor de agua y de CO2. El vapor de agua puede separarse fácilmente del CO2 mediante el enfriamiento y la comprensión del flujo de gas. Sin embargo, al requerir una separación previa del oxígeno y del aire, este proceso resulta bastante complicado.
Ya se están utilizando sistemas de captura similares en varios procesos industriales, como la producción de hidrógeno o de urea y la gasificación del carbón. Más en inglés…
Los sistemas de captura reducen en un 80 o 90% las emisiones de CO2 procedentes de centrales de combustión. Estos datos tienen en cuenta el consumo energético adicional que requieren los sistemas de captura (véase figura TS. 11).
Para las nuevas centrales eléctricas que funcionan con combustibles fósiles, la captura del CO2 podría aumentar los costes de producción de electricidad en un 35 a 85% dependiendo de las diferentes posibilidades de diseño, operación y financiación de la central. Esto representa 0.01 a 0.03 US $ por kWh de electricidad producida.
| Costes en US $/kWh |
Nuevas centrales de combustibles fósiles sin captura | 0.03 – 0.06 |
Nuevas centrales de combustibles fósiles con captura | 0.04 – 0.09 |
Captura por sí sola. | 0.01 – 0.03 |
Los costes de captura también pueden expresarse en dólares por tonelada neta de CO2 capturado. Este coste unitario varía significativamente dependiendo de los diferentes tipos de plantas de combustión y de procesos industriales. Por norma general, dicho coste es menor cuando se produce una corriente de CO2 relativamente pura, como ocurre en el tratamiento del gas natural y en la producción de hidrógeno o amoniaco. Más en inglés…
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