Para recoger información sobre la tuberculosis farmacorresistente es necesario organizar estudios y repetirlos. Para ello se requieren suficientes laboratorios capaces de realizar pruebas de farmacorresistencia, personal para entrevistar y clasificar a los pacientes, y una red de transportes que envíe muestras para análisis a diferentes laboratorios en el interior y el exterior del país. No todos los países disponen de dichas instalaciones, en especial aquellos en los que una proporción relativamente grande la población está afectada. También convendría tener una gran cantidad de muestras de pacientes clasificadas en subcategorías en función de su historia de tratamientos, someter a los pacientes a pruebas del VIH y realizar pruebas de resistencia a fármacos de segunda línea. Todo esto conlleva un incremento importante de los costes y la carga de trabajo, y es por ello que los estudios se repiten con poca frecuencia.
Para limitar el número de muestras, los métodos actuales de estudio se basan en casos de frotis positivo. Como muchos casos de VIH con infección por la TB son frotis negativo, este planteamiento puede provocar una subestimación de la farmacorresistencia entre aquellos infectados por el VIH y la TB. Además, los estudios tienden a centrarse en casos nuevos y a excluir los casos y los pacientes prevalentes del sector privado. Si incluyeran estos últimos el coste y la carga de trabajo de los estudios aumentaría sustancialmente, y es posible que no se obtuvieran mejoras en los resultados.
Se debe tener en mente que los métodos de estudio actuales no permiten diferenciar de forma fiable entre la resistencia primaria y la adquirida.
Los estudios deben simplificarse a fin de recoger más datos y determinar las tendencias de los países con una carga de TB alta. Una opción sería utilizar métodos nuevos y rápidos para realizar pruebas de farmacorresistencia, como el que se está evaluando en un estudio de Tanzania. Aunque estas pruebas rápidas sólo serían útiles para medir la resistencia a uno o dos fármacos antituberculosos, no se necesitarían laboratorios especializados para realizarlas, ni tampoco el transporte de muestras infecciosas. En los lugares con recursos limitados, las prioridades son detectar la tuberculosis multirresistente (MDR-TB) y la tuberculosis extremadamente farmacorresistente (XDR-TB). En primer lugar, las muestras podrían ser sometidas a pruebas de resistencia a fármacos de primera línea y, posteriormente, las que dieran resultados positivos podrían ser sometidas a pruebas de resistencia a antibióticos de segunda línea. Otra alternativa sería analizar todas las muestras de tuberculosis extremadamente farmacorresistente desde el principio.
Para valorar las tendencias en farmacorresistencia a lo largo del tiempo, se podría clasificar a los pacientes en función de su historia de tratamiento sobre una base rutinaria y podría analizarse cierta cantidad de muestras al mes. El proceso sería aún más sencillo y efectivo si las pruebas se pudieran hacer en el mismo momento de la consulta. Todos los pacientes a los que se les diagnosticara MDR-TB serían sometidos a un examen médico de XDR-TB e iniciarían un tratamiento.
Es importante ser consciente de que se necesitan distintos tipos de información para cada objetivo: para conocer la propagación de la enfermedad y su evolución a lo largo del tiempo, para controlar y mejorar los programas de tuberculosis, o para responder a cuestiones de investigación. Muchos países están llevando a cabo varios estudios al mismo tiempo para abordar cada una de estas cuestiones.
Este texto es un resumen de: OMS,
Véase también el Capítulo 2:
Methods &Executive summary: background and methods
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