Se ha estudiado el futuro de la biodiversidad y el bienestar del hombre a través de cuatro escenarios posibles que se proyectan hasta 2050 e incluso más allá de esta fecha. Según todos los escenarios, la pérdida de biodiversidad continuará a un ritmo frenético durante los próximos 50 años. Aunque esta tendencia no podrá detenerse por completo en este periodo de tiempo, si que podría frenarse con una mayor protección y recuperación, y una mejor gestión de los ecosistemas. Más en inglés…
Los cuatro posibles escenarios estudiados en este informe de evaluación contemplan dos posibles vías de desarrollo mundial: una globalización creciente o una regionalización creciente. También tienen en cuenta dos enfoques diferentes en materia de medio ambiente: en el primer enfoque, se actúa de forma reactiva y no se hace frente a los problemas hasta que éstos se hacen evidentes; en el segundo enfoque, la gestión medioambiental tiene un carácter preventivo y su objetivo es conservar a largo plazo los servicios de los ecosistemas.
Los cuatro escenarios son:
Más información sobre los diferentes escenarios en los siguientes enlaces:
Desarrollo Mundial | |||
Globalización | Regionalización | ||
Gestión de los ecosistemas | Reactivo |
Concierto mundial [en] |
Orden basado en la fuerza [en] |
---|---|---|---|
Preventivo |
Tecnojardín [en] |
Mosaico Adaptativo [en] |
En tierra, los cuatro escenarios prevén que la expansión de la agricultura, las ciudades y las infraestructuras provoquen una pérdida de hábitat que conduciría a un declive continuo de la biodiversidad local y mundial. La pérdida de hábitat producida entre 1970 y 2050 llevará a la extinción a largo plazo de entre el 10% y el 15% de las especies (en función del escenario). La pérdida de hábitat y de poblaciones vegetales se producirá a mayor velocidad en bosques mixtos cálidos, sabanas, matorrales y bosques tropicales.
Los enfoques medioambientales más orientados a la prevención (Tecnojardín y Mosaico adaptativo) obtendrían mejores resultados que los enfoques reactivos a la hora de frenar la pérdida de hábitat y biodiversidad en tierra en el futuro cercano. El escenario que presta más atención a la seguridad y la protección (Orden basado en la fuerza) es el que muestra la mayor tasa de pérdida de biodiversidad.
El suelo agrícola aumentará por lo general en los países en desarrollo, mientras que disminuirá la cubierta forestal (una pérdida del 30% entre 1970 y 2050). Aunque se espera lo contrario en los países industrializados, en conjunto se producirá una pérdida neta de cubierta forestal.
La pérdida global de biodiversidad se deberá más al cambio en los usos del suelo que al cambio climático y los niveles excesivos de nutrientes. No obstante, los efectos provocados por dichos generadores de cambio no serán los mismos en todas las comunidades ecológicas (biomas). Otros factores, como la sobreexplotación agrícola, las especies invasoras y la contaminación también acelerarán el proceso de pérdida de biodiversidad. Más en inglés…
Se esperan grandes cambios en los recursos mundiales de agua dulce, incluidos sus hábitats, la producción pesquera y el suministro de agua. Los enfoques reactivos en cuestiones de medio ambiente (como en los escenarios Orden basado en la fuerza y Organización mundial) llevarían a un declive más pronunciado que los enfoques preventivos.
Se prevé que determinadas poblaciones de peces desaparezcan de algunas cuencas fluviales a causa del efecto conjunto del cambio climático y las extracciones de agua. Otros generadores significativos de la pérdida de biodiversidad son la eutrofización, la acidificación y la invasión creciente de especies exóticas. Se espera que los ríos de países pobres tropicales y subtropicales sean los sistemas de agua dulce que experimenten una mayor pérdida de biodiversidad.
Todos los escenarios señalan que el aumento de la población humana, de su renta y su preferencia por el pescado provocará un aumento en la demanda y hará más probable el riesgo de una disminución drástica y duradera de las poblaciones de peces. Más en inglés…
5.4.1 La pérdida de biodiversidad supondrá una merma de los beneficios que el hombre obtiene de los ecosistemas. Aumentará el riesgo de sorpresas ecológicas como los cambios súbitos del clima, la desertificación, la disminución drástica de las poblaciones de peces, las inundaciones, los desprendimientos de tierra, los incendios forestales, la eutrofización y las enfermedades. La vulnerabilidad del bienestar humano ante dichas sorpresas desfavorables difiere según el escenario, aunque alcanza su grado máximo en Orden basado en la fuerza. Dichos cambios afectarán al hombre de forma tanto directa como indirecta, por ejemplo por los conflictos que surjan a raíz de la escasez de alimentos y agua.
Los escenarios con un enfoque preventivo que ayuda a frenar la deforestación (Mosaico adaptativo y Tecnojardín) son más eficaces a la hora de conservar la regulación de los procesos de los ecosistemas. La deforestación, sumada al cambio climático, provocará que las tormentas dejen cada vez más inundaciones y que se produzcan cada vez más incendios en los periodos de sequía, aumentando considerablemente el riesgo de que se produzca un cambio climático aún mayor. La deforestación mermará también la capacidad de los ecosistemas terrestres para absorber carbón (captura de carbono).
A lo largo del presente siglo, la temperatura mundial podría aumentar entre 2 y 3.5ºC, en función del escenario. Además, las precipitaciones podrían aumentar en la mayor parte de las zonas terrestres del planeta (aunque determinadas regiones áridas podrían volverse todavía más áridas) y también se elevará el nivel del mar. Según todos los escenarios, los cambios en los servicios de los ecosistemas serán especialmente rápidos en regiones vulnerables como el África subsahariana, Oriente Medio, África del Norte, y Asia Meridional.
Aunque el PIB per cápita aumenta en todos los escenarios, esta cifra puede ocultar una mayor desigualdad, por ejemplo desde el punto de vista de la seguridad alimentaria. Más en inglés…
5.4.2 Los diferentes escenarios señalan que muchos de los objetivos medioambientales y de desarrollo son interdependientes. Por lo tanto, la cooperación y los acuerdos internacionales en materia de medio ambiente son aspectos de gran importancia que cambian notablemente de un escenario a otro. Las decisiones más importantes que se tomen en los próximos 50-100 años tendrán que abordar las consecuencias que se deriven de favorecer unas opciones en detrimento de otras: la producción agrícola frente a la calidad del agua, el uso del suelo frente a la biodiversidad, el uso del agua frente a la biodiversidad acuática, el uso actual de agua para riego frente a la producción agrícola futura, así como también el uso presente frente al uso futuro de todos los recursos no renovables.
Dentro de un margen determinado de desarrollo socioeconómico, las políticas que tiendan a la conservación de la biodiversidad fomentarán al mismo tiempo un mayor bienestar general del hombre, al conservar diversos servicios de los ecosistemas. Es posible anticiparse a los cambios imprevistos en los ecosistemas adoptando políticas encaminadas a diversificar los servicios de los ecosistemas que se utilizan en una región, optar por medidas reversibles, realizar un seguimiento de los cambios en los ecosistemas y adaptar dichas políticas a los cambios que están por venir a medida que se conozca más sobre ellos. Más en inglés…
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