Los servicios de los ecosistemas son los beneficios que las personas obtienen de los ecosistemas. Entre estos están:
El empleo por parte de los humanos de todos los servicios de los ecosistemas está creciendo rápidamente. El ser humano ha aumentado la cantidad o el suministro de sólo unos pocos de los servicios de los ecosistemas, concretamente de los cultivos, el ganado, la acuicultura y, más recientemente, la captura de carbono. Aproximadamente dos tercios de los servicios evaluados han sido degradados durante el siglo pasado, como es el caso del suministro de agua dulce y la pesca. Más en inglés…
2.2.1 Los servicios de provisión son los productos que se obtienen de los ecosistemas, como es el caso de los alimentos, el agua o la madera. El empleo que el ser humano hace de estos servicios aumentó rápidamente durante la segunda mitad del siglo XX y continúa haciéndolo. Cuando los servicios se utilizan más rápido de lo que se regeneran los ecosistemas compromete la capacidad de estos para prestar servicios en el futuro. La sostenibilidad del empleo de los servicios de provisión varía según la localización, pero para varios de esos servicios el uso es insostenible a escala mundial. Por ejemplo:
Véase también la tabla sobre las tendencias en el uso humano de los servicios de provisión, su mejora o su degradación [en]
2.2.2 Los servicios de regulación son el resultado del funcionamiento de los procesos de los ecosistemas e incluyen, por ejemplo, la regulación del clima o de las enfermedades y la eliminación de residuos. El ser humano ha modificado sustancialmente los servicios de regulación al modificar el ecosistema que presta el servicio o, en el caso de la eliminación de residuos, al exceder la capacidad de los ecosistemas para prestar este servicio.
Los cambios en los ecosistemas han originado:
Véase también la tabla sobre las tendencias del uso humano de los servicios de regulación y su mejora o degradación [en]
2.2.3 Los servicios culturales son los beneficios no materiales que las personas obtienen de los ecosistemas, tales como el enriquecimiento espiritual, el recreo o las experiencias estéticas. Mientras el uso de estos servicios ha seguido aumentando, la capacidad de los ecosistemas para proporcionar estos servicios ha disminuido durante el siglo pasado. La transformación de los ecosistemas puede tener un impacto importante en la identidad cultural y en la estabilidad social. Así, la pérdida acelerada de ecosistemas y paisajes con valor cultural puede contribuir a trastornos sociales. Más en inglés…
Véase también la tabla sobre las tendencias del uso humano de los servicios culturales y su mejora o degradación [en]
Durante los últimos 100 años, se ha conseguido un aumento mundial en la producción de alimentos, agua, madera y otros servicios de provisión a pesar de la falta de recursos a escala local, y todo esto mediante el desplazamiento de la producción y de las cosechas hacia nuevas áreas menos explotadas. Estas estrategias están perdiendo fuerza. Aunque la demanda humana de servicios de los ecosistemas sigue creciendo, el desarrollo de sustitutos está haciendo disminuir la demanda de ciertos servicios en ciertas regiones. No obstante, el impacto general de tales sustituciones puede que no siempre sea positivo. Por ejemplo, el empleo de combustibles fósiles en vez de leña reduce la contaminación del aire interior y la presión sobre los bosques pero, al mismo tiempo, aumenta las emisiones netas de gases de efecto invernadero. Además, los sustitutos a menudo son mucho más caros de proporcionar que los servicios sustituidos. Más en inglés…
Los cambios en la biodiversidad afectan a la capacidad de los ecosistemas para suministrar servicios y para recuperarse de perturbaciones. Cuando se introduce o se pierde una especie en un lugar determinado, se alteran los diferentes servicios concretamente asociados a esa especie.
Así mismo, cuando se modifica un hábitat concreto para su uso por parte de los humanos, cambian los servicios asociados a las especies que viven allí. Esto a menudo provoca impactos directos e inmediatos en la población humana, así como consecuencias a largo plazo. Más en inglés…
Cuando las personas modifican un ecosistema para mejorar alguno de sus servicios, suelen ocurrir cambios en otros servicios.
Contrapartidas negativas: cuando la mejora de un servicio genera efectos negativos en otros servicios, los beneficios netos son muchas veces menores de lo que se pensaba al principio. Por ejemplo, las acciones para aumentar la producción de alimentos suelen originar alguna de las siguientes consecuencias: menor disponibilidad de agua para otros usos, agua de menor calidad, reducción de la biodiversidad, disminución de bosques, pérdida de productos forestales o emisión de gases de efecto invernadero. Tales contrapartidas negativas son rara vez tomadas en cuenta en el proceso de toma de decisiones.
Sinergias: las acciones para conservar o mejorar un componente concreto de un ecosistema o sus servicios también pueden producir sinergias positivas que beneficien a otros servicios o actores. Por ejemplo, los espacios verdes urbanos satisfacen necesidades espirituales, estéticas, educativas y recreativas al mismo tiempo que generan otros servicios como la purificación del agua, hábitat para la fauna y la flora y la captura de carbono. Suelen darse sinergias positivas entre los servicios de regulación, los culturales y los de apoyo así como con la conservación de la biodiversidad. Más en inglés…
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