El resumen del Informe de Síntesis de la IAASTD establece:
3.1 La definición de biotecnología adoptada por la IAASTD se basa en el Convenio sobre la Diversidad Biológica y el Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología. Se trata de un término amplio que abarca la manipulación de organismos vivos y abarca una amplia gama de actividades, desde las técnicas convencionales de fermentación y mejora genética vegetal y animal hasta innovaciones recientes en el cultivo de tejidos, irradiación, genómica y la selección o la mejora genética asistidas por marcadores para aumentar los cultivos y la cría naturales. Algunas de las últimas biotecnologías (“biotecnología moderna”) incluyen el empleo de ADN o ARN modificado in vitro y la fusión de células de familias taxonómicas diferentes, técnicas que superan las barreras de reproducción o recombinación fisiológica naturales. En la actualidad, la cuestión más controvertida es el empleo de técnicas de ADN recombinado para producir transgenes que se insertan en genomas. Existen incluso técnicas de biotecnología moderna más novedosas que manipulan material hereditario sin modificar el ADN.
La biotecnología ha estado siempre a la vanguardia del cambio. El cambio se produce rápidamente, los ámbitos afectados son muchos y existe una falta considerable de comunicación transparente entre los interlocutores. Por lo tanto, la evaluación de la biotecnología moderna va a la zaga del desarrollo; la información puede llegar a ser anecdótica y contradictoria y es inevitable que exista incertidumbre en cuanto a sus beneficios y perjuicios. Hay una amplia variedad de perspectivas de los riesgos y beneficios de la biotecnología moderna para el medio ambiente, la salud humana y la economía, y muchos de estos riesgos todavía se desconocen.
Las biotecnologías convencionales, como las técnicas de mejora genética, el cultivo de tejidos y las prácticas de cultivo y fermentación son fácilmente aceptadas y utilizadas. Entre 1950 y 1980, antes del desarrollo de organismos genéticamente modificados (OGM), las variedades modernas de trigo aumentaron el rendimiento en un 33% incluso sin abonos. Las biotecnologías modernas utilizadas con mesura se han adoptado ampliamente. Por ejemplo, el mercado de enzimas industriales alcanzó los US$1.500 millones en 2000. La aplicación de la biotecnología moderna sin moderación, como el uso de cultivos genéticamente modificados, es más polémica. Por ejemplo, los datos relativos a cosechas de varios años de productos genéticamente modificados indican aumentos del rendimiento muy variables, entre el 10% y el 33%, en algunos lugares, y reducciones del rendimiento en otros.
Los factores de nivel superior que impulsan la Investigación y Desarrollo (I+D) en biotecnología, como los marcos de derechos de propiedad intelectual, determinan la disponibilidad de productos. Aunque esto atrae las inversiones en agricultura, puede también concentrar la propiedad de los recursos agrícolas. El énfasis en la biotecnología moderna sin asegurar que se proporcione apoyo suficiente a otras investigaciones agrícolas, puede modificar los programas de educación y formación y reducir el número de profesionales en otras ciencias agrícolas básicas. Esta situación puede reforzarse a sí misma ya que los estudiantes de hoy definen las oportunidades de educación y formación de mañana.
3.2 La utilización de patentes para los transgenes suscita otras cuestiones. En los países en desarrollo, en particular, algunos instrumentos como las patentes pueden elevar los costos, coartar la experimentación de los agricultores a título individual o los investigadores públicos y socavar potencialmente prácticas locales que mejoran la seguridad alimentaria y la sostenibilidad económica. A este respecto, existe especial preocupación acerca de la posibilidad de que los instrumentos actuales relativos a los derechos de propiedad intelectual acaben por inhibir el ahorro de semillas, el intercambio, la venta y el acceso a derechos exclusivos necesarios para que la comunidad de investigadores independientes realice análisis y experimentos a largo plazo de los efectos que se producen. Los agricultores se enfrentan a nuevas responsabilidades: los productores de cultivos genéticamente modificados pueden ser responsables de la presencia fortuita si hacen que los productores vecinos de productos orgánicos pierdan la certificación para los mercados e ingresos, y los agricultores convencionales pueden ser responsables frente a los productores de semillas genéticamente modificadas si se detectan transgenes en sus cultivos.
Un enfoque orientado hacia los problemas de la I+D en biotecnología centraría la inversión en prioridades locales establecidas mediante procesos participativos y transparentes, y favorecería soluciones multifuncionales para los problemas locales. Estos procesos requieren nuevos tipos de apoyo para que el público participe de forma decisiva en evaluaciones de los impactos técnicos, sociales, políticos, culturales, de género, jurídicos, ambientales y económicos de la biotecnología moderna. Las biotecnologías deberían emplearse para conservar la experiencia y el germoplasma a nivel local, de modo que la capacidad de investigación ulterior resida en la comunidad local. Esa I+D daría la debida importancia a los proyectos participativos de mejora genética y a la agroecología.
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IAASTD,
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