El concepto de biodiversidad abarca la variedad de seres vivos existentes, el papel ecológico que desempeñan y la diversidad genética que contienen. En los bosques, esta diversidad permite a las especies adaptarse permanentemente a las condiciones medioambientales cambiantes y contribuir al funcionamiento del ecosistema. Desde una perspectiva humana, la biodiversidad de los bosques ayuda a mantener el potencial de cultivo y mejora de las especies de árboles, para satisfacer las necesidades humanas de bienes y servicios.
Durante el siglo pasado, la producción de madera condicionó frecuentemente la manera de gestionar los bosques. Sin embargo, las nuevas formas de presión han dado lugar a un enfoque más equilibrado en cuanto a la gestión sostenible de los bosques. Este enfoque incorpora la conservación de la biodiversidad con el fin de obtener múltiples bienes y servicios.
Aunque es importante realizar un seguimiento de la biodiversidad y de los impactos causados por las prácticas forestales, no existe ningún indicador que refleje todos los aspectos de la biodiversidad.
Para facilitar las decisiones políticas, existen diversos indicadores ecológicos que pueden ser utilizados para realizar un seguimiento en el tiempo de algunos aspectos importantes de la biodiversidad, aunque por el momento este se ha llevado a cabo principalmente a escala local. Más en inglés…
Los bosques primarios se caracterizan por albergar especies de árboles nativos, por conservar procesos ecológicos por lo general inalterados y por no presentar huellas claras de actividad humana. La extensión de bosque primario es un indicador importante a la hora de evaluar el estado de los ecosistemas forestales, aunque los bosques primarios de las regiones templadas y boreales pueden tener un menor número de especies vegetales y animales respecto a algunos bosques modificados.
Se calcula que existen alrededor de 13 millones de km2 que pueden considerarse como bosque primario, es decir, algo más de un tercio de la superficie forestal mundial. Cerca de la mitad de los bosques primarios se encuentran en Sudamérica, la cuarta parte se halla en América Central y del Norte, y la Federación Rusa, por sí sola, cuenta con cerca de la quinta parte.
En diversos países, principalmente de Europa y de las zonas áridas de África y del Asia Occidental, el bosque primario ha desaparecido por completo.
Aunque los bosques primarios siguen representando más de un tercio de la superficie forestal del planeta (36.4%), en términos absolutos, la superficie de bosque primario ha disminuido de aproximadamente 60.000 km2 anuales a lo largo de los últimos 15 años. En algunas regiones esta pérdida se ha ralentizado, mientras que en Sudamérica y otras regiones ha seguido en aumento. Brasil e Indonesia registraron, por si solos, una pérdida de 49.000 km2 anuales durante el periodo 2000-2005.
Diversos países de Europa occidental, así como Japón, experimentaron un aumento en la superficie de sus bosques primarios debido, en gran parte, a que han consagrado zonas de bosque natural a la conservación, sin intervención alguna. Con el tiempo estas zonas se convierten en bosques que reúnen las características de los bosques primarios. Más en inglés…
La creación y la buena gestión de espacios protegidos son aspectos claves de los actuales esfuerzos mundiales para conservar la biodiversidad. La superficie destinada a la conservación de biodiversidad es, por lo tanto, un indicador importante de los avances en la materia. Estos espacios pueden estar ubicados dentro de una zona protegida, aunque también es posible encontrarlos fuera de estas zonas oficialmente protegidas.
Más de 4 millones de km2 de bosque, es decir, más de un 10% del total de la superficie forestal, están destinados principalmente a la conservación de la biodiversidad
[Cuadro 3.3].
En términos absolutos, la mayor superficie forestal destinada a la conservación de la biodiversidad se encuentra en Sudamérica, seguida por Norteamérica.
En términos relativos, las regiones con un mayor porcentaje de bosques destinados principalmente a la conservación son Centroamérica y África Central y Occidental. Por el contrario, Europa y Asia Central y Occidental tienen el porcentaje más bajo de bosques destinados principalmente a la conservación.
Entre 1990 y 2000, la superficie forestal destinada a la conservación de la biodiversidad aumentó en al menos 960 000 km2 o de 32%. Este aumento se ha producido en todo el mundo, salvo en África del Norte y del Sur y África Occidental. Más en inglés…
Un seguimiento del volumen de madera en pie de los bosques y otras tierras boscosas proporciona información sobre la cantidad total de madera en este bosque. Sin embargo, centrarse en el volumen de madera en pie de las tres o diez especies de árboles las más comunes de la zona, permite apreciar los cambios en la composición de los árboles del bosque.
Por lo general, en los bosques naturales y semi-naturales, cuanto mayor sea el porcentaje de madera en pie correspondiente a las tres especies arbóreas forestales más comunes, menor será el número global de especies de árboles en dicha zona.
Se han recopilado informaciones cuantitativas sobre las diez especies más comunes del 60% de la superficie forestal mundial, repartida en 82 países.
Estos datos revelan una gran disparidad en cuanto a la diversidad de especies. Las diez especies más comunes apenas suponen el 30% del volumen total de madera en pie en el Congo, Vietnam, Birmania, Panamá, Ghana, Madagascar, Indonesia y la India. La baja proporción del peso de las especies más comunes sobre el total demuestra la existencia de una gran diversidad de especies. La menor diversidad de especies arbóreas suele encontrarse en los bosques boreales del hemisferio norte. Sin embargo, no se dispone de información sobre zonas de reconocida gran diversidad de especies, como por ejemplo en muchos países de América del Sur y de la cuenca del Congo.
Cinco grupos de especies (o géneros) - pinos, robles, píceas, abetos y hayas - representan cerca de un tercio de las especies más comunes declaradas.
Entre 1990 y 2000, no se alteró la clasificación relativa a las diez especies arbóreas más comunes en los 82 países que proporcionaron esta información. Además, no se observó ningún cambio significativo del peso de las tres especies principales en el volumen de madera en pie de los países y regiones que proporcionaron los datos completos (56 de los 229 que participaron).
La ausencia de una lista mundial de árboles y arbustos de referencia dificulta seriamente la evaluación y el seguimiento de uno de los componentes más básicos de la biodiversidad forestal: la riqueza de especies a escala nacional.
Se ha realizado un primer intento a nivel mundial para dejar constancia del número de especies arbóreas forestales nativas por países y regiones, incluyendo especies como el bambú, las palmeras y otras especies leñosas. El número de especies arbóreas nativas en un mismo país varían entre un mínimo de tres y un máximo de 7.880 (véase la ilustración 3.11).
Sudamérica posee el promedio más elevado de especies arbóreas forestales por país. Brasil es el país que más especies de árboles nativos y más diversidad de especies ha declarado en la cuenca del Amazonas y el bosque litoral atlántico. Los países de África Central, América Central, el sur, este y sudeste asiáticos, así como Madagascar también han declarado una gran riqueza de especies. El menor número medio de especies de árboles por país se encuentra en Europa (Islandia, por ejemplo, sólo cuenta con tres especies nativas). La diversidad de especies de los bosques boreales suele ser relativamente baja, con grandes extensiones dominadas por un reducido número de especies de árboles. Más en inglés…
Las especies arbóreas raras y las que presentan un alto valor económico, ya sea por su producción maderera o de otros productos no madereros, corren frecuentemente el peligro de extinguirse a nivel local. De media, el 5% de las especies arbóreas autóctonas de un país se encuentran en peligro de extinción.
Países de todo el mundo han proporcionado informaciones sobre el número de especies arbóreas que se consideran amenazadas. Las especies amenazadas se clasificaron según las categorías empleadas por la Lista Roja de la UICN: “vulnerable”, “en peligro” y “en peligro crítico”.
La mayor parte de los países y regiones declararon una o más especies arbóreas amenazadas bajo su jurisdicción. El mayor número de especies arbóreas amenazadas se encuentra en Sudamérica, así como en el Sur y Sudeste asiático.
No se ha encontrado una relación evidente entre la pérdida de bosque y el número de especies arbóreas amenazadas. Algunos países, a pesar de contar con una proporción relativamente elevada de bosques naturales y espacios protegidos, señalaron que muchas especies individuales de árboles se encuentran en peligro. Más en inglés…
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