El documento fuente empleado en este Dosier dice:
La biotecnología es un complemento, y no un sustituto, en muchas esferas de la investigación agrícola convencional. Ofrece una variedad de instrumentos para mejorar nuestra comprensión y ordenación de los recursos genéticos para la agricultura y la alimentación. Esos instrumentos están contribuyendo ya a los programas de mejoramiento y conservación y facilitando el diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades de las plantas y los animales. La aplicación de la biotecnología proporciona al investigador nuevos conocimientos e instrumentos que aumentan la eficacia de su trabajo. De este modo, los programas de investigación basados en la biotecnología pueden ser considerados como una prolongación más precisa de los métodos convencionales (Dreher et al., 2000). Al mismo tiempo, la ingeniería genética puede ser considerada como una desviación radical de las técnicas convencionales de mejoramiento porque confiere a los científicos la capacidad de transferir material genético entre organismos que no podrían obtenerse por los medios clásicos.
La biotecnología agrícola es intersectorial e interdisciplinaria. La mayoría de las técnicas moleculares y sus aplicaciones son comunes a todos los sectores de la agricultura y la alimentación, pero la biotecnología no puede valerse por sí misma. Por ejemplo, la ingeniería genética aplicada a los cultivos no puede avanzar sin los conocimientos derivados de la genómica y es de poca utilidad práctica si no hay un programa eficaz de fitogenética. Todo objetivo de investigación requiere el dominio de una multitud de elementos tecnológicos. La biotecnología debe formar parte de un programa amplio e integrado de investigación agrícola que aproveche la labor realizada en otros programas sectoriales, disciplinarios y nacionales. Esto tiene amplias consecuencias para los países en desarrollo y sus asociados en el desarrollo a la hora de elaborar y aplicar políticas, instituciones y programas nacionales de creación de capacidad en relación con la investigación (véase el Capítulo 8).
La biotecnología agrícola es internacional. Aunque en su mayor parte se están realizando en países desarrollados (véase el Capítulo 3), las investigaciones básicas sobre biología molecular pueden ser beneficiosas para los países en desarrollo en la medida en que permiten conocer mejor la fisiología de todos los vegetales y animales. Los descubrimientos de los proyectos sobre el genoma humano y el genoma del ratón benefician directamente a los animales de granja, y viceversa, mientras que los estudios sobre el maíz y el arroz presentan paralelismos que pueden aplicarse a cultivos de subsistencia como el sorgo y el tef. Sin embargo, es necesaria una labor específica sobre las razas y especies de importancia para los países en desarrollo. Es en éstos donde se encuentra la mayor biodiversidad agrícola mundial, pero se ha hecho poco por caracterizar esas especies vegetales y animales a nivel molecular con el fin de evaluar su potencial de producción y su capacidad para resistir a las enfermedades y a las condiciones ambientales desfavorables o de garantizar su conservación a largo plazo.
Es probable que la aplicación de las nuevas biotecnologías moleculares y de las nuevas estrategias de mejoramiento a cultivos y razas de especial interés para los pequeños productores de los países en desarrollo sea limitada en un futuro próximo por diversas razones (véanse los Capítulos 3 y 7), tales como la falta de fondos seguros a más largo plazo para la investigación, la insuficiencia de la capacidad técnica y operativa, el escaso valor comercial de los cultivos y razas, la ausencia de programas adecuados de mejoramiento convencional y la necesidad de elegir entre los entornos de producción pertinentes. Sin embargo, los países en desarrollo se enfrentan ya con la necesidad de evaluar cultivos modificados genéticamente (véanse los Capítulos 4 a 6) y en su momento tendrán también que evaluar la posible utilización de árboles, ganado y peces modificados genéticamente. Esas innovaciones podrían ofrecer una oportunidad para aumentar la producción, la productividad, la calidad de los productos y la aptitud para la adaptación, pero sin duda plantearán desafíos a la capacidad de investigación y reglamentación de los países en desarrollo.
Fuente y ©:
FAO "El Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación 2003-2004"
Capítulo 2: ¿Qué es la biotecnología agrícola?
Sección Conclusiones
Para más detalles sobre: | Véase el informe de la FAO: |
Tendencias en la investigación en países en vías de desarrollo |
Capítulo 3 |
El documento fuente empleado en este Dosier dice:
Hasta ahora, en los países donde se han producido cultivos transgénicos, no ha habido ningún informe verificable de que causen algún peligro importante para la salud o el medio ambiente. Las mariposas monarca no han sido exterminadas. Las plagas no han desarrollado resistencia al Bt. Han aparecido algunas pruebas de malas hierbas tolerantes a los herbicidas, pero éstas no han invadido ecosistemas agrícolas o naturales. Por el contrario, se están viendo algunos beneficios sociales y ambientales importantes. Los agricultores están empleando menos plaguicidas y están sustituyendo productos químicos tóxicos con otros menos nocivos. Como consecuencia de ello, los trabajadores agrícolas y los suministros de agua están protegidos de los venenos, y aves e insectos benéficos están volviendo a los campos de los agricultores.
Entretanto, la ciencia avanza rápidamente. Algunos de los problemas planteados por la primera generación de cultivos transgénicos tienen soluciones técnicas. Las nuevas técnicas de transformación genética están eliminando los genes marcadores antibióticos y los genes promotores que eran objeto de preocupación para algunos. Las variedades que incluyen dos genes Bt diferentes reducen la probabilidad de que las plagas desarrollen resistencia. Se están elaborando estrategias de gestión y técnicas genéticas para evitar el flujo de genes.
No obstante, el hecho de que hasta ahora no se hayan observado efectos negativos no significa que no puedan ocurrir, y los científicos están de acuerdo en que los conocimientos sobre los procesos ecológicos y de inocuidad de los alimentos son incompletos. Queda aún mucho por conocer. No puede asegurarse la inocuidad completa y los sistemas reglamentarios y las personas que los administran no son perfectos. ¿Cómo se ha de proceder a falta de una certeza científica? El GM Science Review Panel (pág. 25) sostiene que:
‘Existe claramente la necesidad de que la comunidad científica investigue más en varios sectores, las compañías elijan bien en lo relativo a la proyectación de transgenes y plantas huésped y se elaboren productos que satisfagan deseos más amplios de la sociedad. Por último, el sistema de reglamentación… deberá seguir actuando de forma que se determine el grado de riesgo e incertidumbre, se conozcan las características distintivas de la modificación genética, las diferentes perspectivas científicas y las correspondientes lagunas en los conocimientos, y se tengan en cuenta el contexto y la referencia del mejoramiento genético convencional.’
El Nuffield Council (pág. 44) recomienda que «a la evaluación de riesgos se apliquen las mismas normas que a las plantas y alimentos modificados y no modificados genéticamente, y que los riesgos de no actuar reciban el mismo análisis atento que los riesgos de la actuación…». Concluye además (pág. 45):
‘No adoptamos la opinión de que haya pruebas suficientes de peligro actual o potencial que justifiquen en este momento una moratoria de la investigación, de los ensayos de campo o de la liberación controlada de cultivos modificados genéticamente en el medio ambiente. Por ello, recomendamos que se mantenga la investigación sobre cultivos modificados genéticamente, regida por una aplicación razonable del principio de precaución.’
La Declaración de la FAO sobre Biotecnología (FAO, 2000b) apunta en la misma dirección:
‘La FAO apoya un sistema de evaluación de base científica que determine objetivamente los beneficios y riesgos de cada OMG. Para ello hay que adoptar un procedimiento prudente caso por caso para afrontar las preocupaciones legítimas por la bioseguridad de cada producto o proceso antes de su homologación. Es necesario evaluar los posibles efectos en la biodiversidad, el medio ambiente y la inocuidad de los alimentos, y la medida en que los beneficios del producto o proceso compensan los riesgos calculados. El proceso de evaluación deberá tener en cuenta la experiencia adquirida por las autoridades nacionales de normalización al aprobar tales productos. También es imprescindible un atento seguimiento de los efectos de estos productos y procesos después de su homologación a fin de asegurar que sigan siendo inocuos para los seres humanos, los animales y el medio ambiente.’
La ciencia no puede declarar que una tecnología está completamente exenta de riesgos. Los cultivos sometidos a ingeniería genética pueden reducir algunos riesgos ambientales asociados con la agricultura convencional, pero también introducirá nuevos desafíos que hay que afrontar. La sociedad tendrá que decidir cuándo y dónde la ingeniería genética es suficientemente segura.
Fuente y ©:
FAO "El Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación 2003-2004"
Capítulo 5: Repercusiones de los cultivos transgénicos en la salud y el medio ambiente
Sección Conclusiones
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