El documento fuente empleado en este Dosier dice:
Un factor muy importante de los efectos del mercurio en el medio ambiente es su capacidad para acumularse en organismos y ascender por la cadena alimentaria. Hasta cierto punto, todas las formas de mercurio pueden llegar a acumularse, pero el metilmercurio se absorbe y acumula más que otras formas. El mercurio inorgánico también puede ser absorbido pero por lo general en menores cantidades y con menor eficiencia que el metilmercurio. La biomagnificación del mercurio es lo que más incide en los efectos para animales y seres humanos. Al parecer, los peces adhieren con fuerza el metilmercurio; casi el 100% del mercurio que se bioacumula en peces depredadores es metilmercurio. La mayor parte del metilmercurio en tejidos de peces forma enlaces covalentes con grupos sulfhidrilo proteínico, con lo que la vida media de eliminación resulta larga (aproximadamente de dos años). Como consecuencia, se genera un enriquecimiento selectivo de metilmercurio (en comparación con el mercurio inorgánico) cuando se pasa de un nivel trófico al siguiente nivel trófico superior.
Bioacumulación y biomagnificación
El término bioacumulación significa la acumulación neta en un organismo de metales provenientes de fuentes bióticas (otros organismos) o abióticas (suelo, aire y agua).
El término biomagnificación significa la acumulación progresiva de ciertos metales pesados (y otras sustancias persistentes) de uno a otro nivel trófico sucesivo. Está relacionada con el coeficiente de concentración en los tejidos de un organismo depredador en comparación con el de su presa (AMAP, 1998).En comparación con otros compuestos de mercurio, la eliminación del metilmercurio en peces es muy lenta. En concentraciones ambientales constantes, las concentraciones de mercurio en peces de determinada especie tienden a aumentar con la edad, como consecuencia de la lenta eliminación del metilmercurio y una mayor ingesta debido a los desplazamientos en los niveles tróficos que suele haber a medida que el pez va creciendo (come cada vez más peces, y las presas son más grandes). Por eso, es común que los peces más viejos tengan en sus tejidos concentraciones de mercurio más altas que los peces más jóvenes de la misma especie.
Las concentraciones más bajas de mercurio se encuentran en peces pequeños no depredadores y pueden aumentar varias veces conforme se asciende en la cadena alimentaria. Además de la concentración en alimentos, existen otros factores que inciden en la bioacumulación del mercurio. Son de capital importancia los índices de metilación y desmetilación por efecto de las bacterias metiladoras de mercurio (ej., reductores de sulfato). Cuando todos estos factores se combinan, el índice de metilación neta puede influir mucho en la cantidad de metilmercurio que se produce y que puede ser acumulado y retenido por organismos acuáticos. Como se describe en el capítulo 2, varios parámetros del entorno acuático inciden en la metilación del mercurio y, por ende, en su biomagnificación. Aunque en general se sabe mucho sobre la bioacumulación y biomagnificación del mercurio, se trata de un proceso muy complejo en el que participan ciclos biogeoquímicos e interacciones ecológicas complicadas. Por consiguiente, aunque pueda observarse la acumulación/biomagnificación, no es fácil predecir el grado de biomagnificación del mercurio en peces de diferentes sitios.
En los niveles superiores de la cadena alimentaria acuática se encuentran las especies piscívoras, como los seres humanos, aves marinas, focas y nutrias. Las especies silvestres más grandes (como águilas y focas) se alimentan de peces que también son depredadores, como la trucha y salmón, mientras que las especies piscívoras más pequeñas (como el martín pescador) tienden a alimentarse de peces forraje más pequeños. En Wisconsin, en un estudio sobre animales de pelaje, las especies con el nivel de mercurio más alto en tejidos resultaron ser la nutria y el visón, depredadores mamíferos del nivel superior de la cadena alimentaria acuática. Entre las aves depredadoras del nivel superior de la cadena alimentaria acuática están las aves de rapiña como el águila pescadora y el águila cabeza blanca. Así, pues, el mercurio se transfiere y acumula de uno a otro nivel de la cadena alimentaria (US EPA, 1997). Las cadenas alimentarias acuáticas suelen tener más niveles que las terrestres, en las que los depredadores de especies silvestres rara vez se alimentan unos de otros y, por lo tanto, la biomagnificación acuática generalmente alcanza valores mayores.
Fuente y ©: PNUMA
Capítulo 5, párrafos 67 a 70
Para más información, véase el documento completo en inglés
Chapter 5: Impacts of mercury on the environment
El documento fuente empleado en este Dosier dice:
El metilmercurio es una toxina que ataca el sistema nervioso central, y los riñones son los órganos más vulnerables ante el mercurio inorgánico. En el conocido caso de Minamata, Japón, ya se observaban efectos neurológicos graves en animales antes de haber reconocido el envenenamiento de personas: las aves experimentaban muchas dificultades para volar, y presentaban otras conductas muy anormales. También se atribuyen al mercurio efectos significativos en la reproducción, y el metilmercurio representa un riesgo especial para los fetos en desarrollo pues penetra con facilidad la barrera placentaria y puede dañar el sistema nervioso en desarrollo.
Durante los últimos 25 años se han duplicado e incluso cuadruplicado los niveles de mercurio en focas anilladas y belugas de algunas áreas del Ártico canadiense y Groenlandia. En aguas más cálidas los mamíferos marinos depredadores también pueden estar en riesgo. Un estudio de la población de delfines jorobados en Hong Kong determinó que el mercurio es un peligro particular para la salud, más que otros metales pesados.
Fuente y ©: PNUMA
Capítulo 5, párrafos 71 y 73
Para más información, véase el documento completo en inglés
Chapter 5: Impacts of mercury on the environment
El documento fuente empleado en este Dosier dice:
Hay estudios recientes que sugieren que el mercurio ocasiona una reducción de la actividad microbiológica vital para la cadena alimentaria terrestre en suelos de grandes partes de Europa -y posiblemente de muchos otros lugares del mundo con características edafológicas similares. A fin de prevenir los efectos ecológicos del mercurio en suelos orgánicos se han establecido límites críticos preliminares de 0.07-0.3 mg/kg de contenido de mercurio total en el suelo.
En el ámbito mundial, la región del Ártico ha atraído recientemente la atención debido al transporte a largas distancias del mercurio. Sin embargo, los efectos del mercurio no son en absoluto exclusivos de la región Ártica. Las mismas características en la cadena alimentaria -así como una dependencia similar de una fuente de alimentación contaminada por mercurio- se observan en ciertos ecosistemas y comunidades humanas de muchas partes del mundo, sobre todo en lugares en los que el pescado es fuente principal de alimentación.
El aumento en los niveles de agua asociados con el cambio climático mundial también podría tener efectos en la metilación del mercurio y su acumulación en peces. Por ejemplo, existen indicios de una mayor formación de metilmercurio en lagos pequeños y cálidos y en muchas áreas recién inundadas.
Fuente y ©: PNUMA
Capítulo 5, párrafos 74 a 76
Para más información, véase el documento completo en inglés
Chapter 5: Impacts of mercury on the environment
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