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Desde la publicación del Tercer Informe de Evaluación (TIE), las mejoras en términos de datos, cobertura geográfica, comprensión de incertidumbres y variedad de mediciones, han permitido un mayor entendimiento de la forma en la que el clima está cambiando en el espacio y en el tiempo. El calentamiento del clima global es una realidad incontestable, evidenciada por numerosas observaciones en torno al aumento de las temperaturas atmosféricas y oceánicas, el derretimiento generalizado de nieve y hielo y el aumento del nivel medio global del mar (véase la figura SPM-3 [en]).
Once de los últimos doce años (1995 a 2006) figuran entre los doce años más cálidos que se han registrado desde que comenzaron a medirse las temperaturas de la superficie terrestre (1850). En los últimos 100 años (1906-2005), la temperatura mundial de la superficie terrestre ha experimentado un aumento de 0,74 ºC, lo que supera la cifra de 0,6 ºC que había evaluado el TIE para el periodo 1901-2000. El calentamiento medio en los últimos 50 años (0,13 ºC por década) es casi el doble que la tendencia de los últimos 100 años. También han aumentado las temperaturas de la estratosfera y de los océanos (con profundidades de 3.000 m como mínimo), así como la cantidad de vapor de agua que se encuentra en la atmósfera. En ambos hemisferios se ha reducido el porcentaje de glaciares de montaña, campos de hielo y glaciales de meseta, contribuyendo parcialmente al aumento mundial del nivel del mar. Las láminas de hielo de Groenlandia y del Antártico también han favorecido el aumento del nivel del mar que se cuenta en 17 cm en total para el siglo XX.
Se han observado numerosos cambios climáticos a largo plazo, a escala de continentes, regiones y cuencas oceánicas, incluso cambios en las temperaturas y el hielo en el Ártico, el nivel general de precipitaciones, la salinidad de los océanos, el régimen de vientos y las condiciones climatológicas extremas (por ejemplo sequías, fuertes precipitaciones, olas de calor o ciclones tropicales más intensos) (Tabla SPM-1 [en]). Sin embargo, algunos aspectos climáticos parecen permanecer estables, como por ejemplo la oscilación de temperaturas entre el día y la noche Contrariamente a lo ocurrido en el Ártico, no se ha producido una disminución significativa del hielo marino en el Antártico, lo que es coherente con la falta de calentamiento observada en esta zona del planeta. Más en inglés…
Los estudios sobre el pasado climático han permitido formular deducciones sobre los cambios climáticos mundiales acaecidos en el pasado, desde escalas temporales de unas pocas décadas hasta escalas de varios millones de años. Cuanto más retrocedemos en el tiempo, más inciertas resultan las conclusiones sobre el pasado climático.
Los datos sobre el pasado climático apuntan que las temperaturas de la segunda mitad del siglo pasado son excepcionales, al menos, en comparación con los últimos 1300 años. La última vez que el clima experimentó un largo periodo de calor superior al de ahora fue durante el último periodo interglaciar hace unos 125.000 años. Entonces la reducción del volumen del hielo polar había conducido a un aumento del nivel del mar de 4 a 6 metros. Más en inglés…
Es muy probable que gran parte de la variabilidad de temperaturas observada en el hemisferio Norte a lo largo de los siete siglos anteriores al siglo XX se produjera a causa de erupciones volcánicas y cambios en la intensidad de la radiación solar. Sin embargo, parece ser que el alza de la temperatura global desde 1950 esté en gran parte vinculado con el aumento de la concentración de gases de efecto invernadero generados por la actividad humana. En la actualidad, otros aspectos del clima se ven claramente afectados por dicha actividad humana, como el calentamiento de los océanos, las temperaturas medias continentales, las temperaturas extremas y los regímenes de vientos.
Es probable que esta mayor concentración de gases de efecto invernadero, por sí sola, hubiera causado un calentamiento aún mayor, si los aerosoles volcánicos o procedentes del hombre no hubieran contrarrestado algunos de los calentamientos que, por lo contrario, hubieran tenido lugar.
Los modelos climáticos actuales que simulan la evolución de las temperaturas en cada uno de los seis continentes proporcionan pruebas más concluyentes de la influencia del ser humano sobre el clima que el Tercer Informe de Evaluación (TIE). Siguen existiendo dificultades para simular los cambios de temperatura a escalas más pequeñas, donde existe una mayor variabilidad natural del clima. Por lo que resulta difícil realizar estimaciones sobre los impactos presentes y futuros provocados por el aumento de los gases de efecto invernadero derivados de las actividades humanas. Más en inglés…
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