A pesar de los avances realizados entre 2003 y 2005, en muchos países, la lucha contra el SIDA sigue sin basarse suficientemente en los derechos humanos. Esto se refiere, por ejemplo, al derecho para todos los grupos de población a acceder a los servicios de prevención y tratamiento, además del derecho a no ser discriminados para las personas seropositivas y las comunidades vulnerables.
En los últimos años se ha destinado mucho más dinero a la prevención del VIH. Sin embargo, muchos Estados utilizan este presupuesto en programas de prevención dirigidos al público general, en lugar de centrarse en los grupos de población más vulnerables, lo que sería más rentable y tendría más posibilidades de ejercer un impacto sobre la epidemia. Estos grupos de población vulnerables incluyen, por ejemplo, a los profesionales del sexo, a los hombres que tienen relaciones homosexuales, a los consumidores de drogas intravenosas y a los presos.
Los estudios llevados a cabo en Uganda demuestran que los niños que abandonan la escuela tienen una probabilidad tres veces mayor de contraer el VIH con 20 a 30 años que aquellos que completan la educación básica. Muchos países del África subsahariana han reducido o anulado las tasas académicas para los niños más vulnerables, aunque no siempre se ha previsto dinero para ayudar a prolongar la escolarización de los niños.
Con el fin de reducir la vulnerabilidad de los consumidores de drogas intravenosas, algunos países ofrecen programas de intercambio de jeringuillas y tratamientos sustitutivos. Por ejemplo, en Irán una sentencia estableció que los consumidores de drogas intravenosas debían ser tratados como pacientes, y ya no como criminales. Sin embargo, en general, menos del 20% de los consumidores de drogas intravenosas se benefician de los servicios de prevención del VIH.
Sólo 10 de los 24 países que ofrecieron informaciones sobre los profesionales del sexo suministraron servicios de prevención a más de la mitad de este grupo de población.
Aunque en muchos países está aumentando la prevalencia del VIH entre los hombres que tienen relaciones homosexuales, las autoridades públicas sanitarias no están destinando suficientes fondos a la prevención del VIH en el seno de este grupo de población.
Las guerras y catástrofes naturales suelen obligar a un gran número de personas a dejar sus hogares, mermando los servicios de atención sanitaria y exponiendo estas personas a graves riesgos sanitarios, entre los que se incluye el riesgo de infección por el VIH. Cada vez más, los países incluyen el problema del VIH en sus programas de acción para situaciones de emergencia, y todas las operaciones de mantenimiento de paz autorizadas por las Naciones Unidas disponen de asesores, a tiempo parcial o completo, sobre el VIH. Más en inglés…
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