Contexto - Las vacunas salvan millones de vidas cada año. ¿Cómo actúan? ¿Pueden seguir mejorando?
Ultima actualización: 30 septiembre 2014La vacunación es una de las intervenciones sanitarias más rentables que existen: salva más de tres millones de vidas al año y evita millones de casos de enfermedad y discapacidad. Actualmente disponemos de vacunas eficaces y seguras contra más de veinte enfermedades graves, y se están desarrollando numerosas vacunas nuevas y prometedoras. Las vacunas ofrecen protección tanto a la persona que las recibe como a la población en su conjunto. Este fenómeno, conocido como inmunidad de grupo, se produce cuando se vacuna a una parte significativa de la población, generalmente por encima del 85 % aunque depende de la enfermedad. Si lográramos ampliar la cobertura vacunal hasta el 90 % de la población mundial, podríamos salvar dos millones más de vidas cada año.
Ante una infección, los glóbulos blancos producen anticuerpos , moléculas que ayudan al organismo a reaccionar con rapidez y eficacia contra los gérmenes intrusos. La primera vez que el organismo se enfrenta a un germen, tarda varios días en desarrollar y hacer uso de todas las herramientas necesarias para combatir los gérmenes y vencer la infección, incluida la producción de anticuerpos.
Tras la primera infección, el sistema inmunológico conserva el recuerdo de este germen durante años, y cuando el organismo se enfrenta de nuevo al mismo germen, la respuesta defensiva es más rápida y contundente.
Es así como las vacunas contribuyen a desarrollar la inmunidad: simulando una infección sin provocar la enfermedad, y haciendo que el organismo produzca anticuerpos contra los agentes infecciosos y cree memoria inmunológica.
Los programas de vacunación de la mayoría de países incluyen las mismas vacunas básicas contra difteria, tétanos, tos ferina (o tos convulsiva), sarampión, polio y tuberculosis. Con el paso de los años se han sumado otras, tales como la vacuna contra la hepatitis B, Haemophilus influenzae tipo b, paperas, enfermedad por neumococo, rotavirus, rubéola y, en los países donde es necesario, fiebre amarilla y encefalitis japonesa.
En cuanto a las vacunas más recientes, se ha avanzado considerablemente en la introducción de las vacunas contra el virus del papiloma humano (VPH), la enfermedad por neumococo y el rotavirus en la Región Europea de la OMS. Veintiséis países han recomendado o financiado la inclusión de la vacuna contra el VPH (la única vacuna que puede prevenir un cáncer) en los programas nacionales de vacunación.
Según la OMS, a medida que disminuye la prevalencia de una enfermedad antes común, el miedo a la enfermedad en sí misma suele dejar paso a la preocupación por la seguridad de la vacuna, muchas veces alimentada por una falta de información. Aunque hay estudios sobre los efectos secundarios de la vacunación, pocos son rigurosos, y las consecuencias de contraer una enfermedad como la difteria o la polio son infinitamente más graves que cualquier efecto secundario de las vacunas.
El Centro para el Control de Enfermedades de EE. UU. (CDC, por sus siglas en inglés) ha sacado a la luz algunos mitos sobre la vacunación:
Según un informe de UNICEF-OMS-BM (2009), la primera década del siglo XXI ha sido la más productiva en la historia del desarrollo de vacunas. Por una parte, se están desarrollando nuevas vacunas que podrían reducir los casos de enfermedad y muerte; por otra, los nuevos métodos de producción permiten proporcionar vacunas más baratas a los países en vías de desarrollo. De estas candidatas, aproximadamente treinta tienen por objetivo proteger contra enfermedades para las que no existen vacunas en la actualidad, y la colaboración entre el sector público y privado está acelerando su disponibilidad. También se están desarrollando nuevas formas de administrarlas sin necesidad de inyección, lo que también facilita su uso.
La vacunación ha permitido erradicar la viruela y prácticamente erradicar la poliomielitis. Se calcula que la vacunación evita actualmente, entre todos los grupos de edad, de dos a tres millones de muertes al año por difteria, tétanos, tos ferina y sarampión. En 2012, aproximadamente el 83 % (111 millones) de los lactantes de todo el mundo recibieron tres dosis de la vacuna contra Difteria-tétanos-tos ferina (DTP3). Se calcula que 1,5 millones de niños murieron a causa de enfermedades prevenibles con las vacunas actualmente recomendadas por la OMS.
En Europa, los niveles de inmunización son muy altos. Informar a la población es una parte importante de la estrategia de la Oficina Regional para Europa de la OMS para sensibilizar a la ciudadanía y dar respuesta a las preocupaciones por la seguridad de las vacunas. En Sudamérica, parece que se ha conseguido detener la transmisión endémica del virus del sarampión y de la rubéola, pero algunos países han denunciado los fallos y deficiencias de sus sistemas nacionales de vigilancia y programas de inmunización sistemática. En Estado Unidos, la cobertura vacunal de adultos contra enfermedades distintas de la gripe seguía siendo baja en 2012.
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