Contexto - El agua es esencial para la supervivencia y el bienestar humanos, e importante para muchos sectores de la economía. Los recursos hídricos se encuentran repartidos de manera desigual en el espacio y el tiempo, y sometidos a presión debido a las actividades humanas.
¿Cómo satisfacer una demanda en constante aumento?
Este Dosier es un resumen fiel del destacado informe de consenso científico publicado en 2006 por El Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos (ONU-Agua WWAP): "
En todo el mundo, la actividad humana y los factores naturales están agotando los recursos hídricos disponibles. Aunque en la última década la sociedad se ha ido concienciando de la necesidad de mejorar la gestión y protección del agua, los criterios económicos y los factores políticos tienden todavía a dirigir todos los ámbitos de la política del agua. La ciencia y las mejores prácticas a menudo no reciben la atención adecuada.
La presión sobre los recursos hídricos está aumentando, principalmente como resultado de actividades humanas tales como la urbanización, el crecimiento demográfico, la elevación del nivel de vida, la creciente competencia por el agua y la contaminación, cuyas consecuencias se ven agravadas por el cambio climático y las variaciones en las condiciones naturales.
No obstante, se han realizado ciertos progresos. Cada vez más, las autoridades evalúan al mismo tiempo la cantidad y la calidad del agua, y coordinan esfuerzos de gestión a escala internacional. Más…
El agua de la Tierra se encuentra naturalmente en varias formas y lugares: en la atmósfera, en la superficie, bajo tierra, y en los océanos.
El agua dulce representa sólo el 2,5% del agua de la Tierra, y se encuentra en su mayoría congelada en glaciares y casquetes glaciares. El resto se presenta principalmente en forma de agua subterránea, y sólo una pequeña fracción se encuentra en la superficie o en la atmósfera.
Observando el ciclo del agua en la Tierra podemos comprender mejor cómo interactúa con el medio ambiente y evaluar qué cantidad está disponible para el consumo humano. Más…
2.1 Las precipitaciones (lluvia, nieve, rocío, etc.) son imprescindibles para renovar los recursos hídricos, y determinantes para las condiciones climáticas y la biodiversidad locales. Dependiendo de las condiciones locales, las precipitaciones pueden alimentar ríos o lagos, recargar los suministros de aguas subterráneas o volver a la atmósfera por evaporación. Más…
2.2 Los glaciares almacenan agua en forma de nieve y hielo, alimentando los arroyos locales con el agua que liberan en mayor o menor cantidad dependiendo de la estación. Sin embargo, debido al cambio climático, muchos de ellos están retrocediendo. Las cuencas fluviales son útiles como « unidad natural » de gestión de los recursos hídricos, y muchas de ellas se extienden sobre más de un país. Entre las cuencas fluviales más grandes están la del Amazonas y la del Congo-Zaire. El caudal de los ríos puede variar considerablemente de una estación o de una región climática a otra. Como los lagos almacenan grandes cantidades de agua, pueden mitigar las variaciones estacionales en el caudal de los ríos y arroyos.
Los humedales (como los pantanos, turberas, ciénagas y lagunas), cubren el 6% de la superficie terrestre emergida y desempeñan un papel fundamental para los ecosistemas locales y los recursos hídricos. Muchos de ellos han sido destruidos, pero el resto todavía puede ser de mucha ayuda para prevenir inundaciones y mantener el caudal de los ríos. Más…
2.3 Casi toda el agua dulce que no está congelada se encuentra bajo la superficie en forma de agua subterránea. Las aguas subterráneas, que en general son de muy buena calidad, se están extrayendo principalmente para obtener agua potable y ayudar a la agricultura en los climas áridos. Este recurso se considera renovable siempre que no se extraigan las aguas subterráneas tan rápido que a la naturaleza no le dé tiempo a renovarlas, pero en muchas regiones secas el agua subterránea no se renueva, o lo hace muy lentamente. Son pocos los países que miden la calidad de sus aguas subterráneas o la velocidad a la que se explotan las reservas, lo que dificulta su gestión. Más…
La cantidad de agua dulce que un país determinado puede consumir sin sobrepasar la velocidad a la que se renueva se puede calcular teniendo en cuenta el volumen de las precipitaciones, las corrientes de agua que entran y salen del país, y el agua compartida con otros países.
La cantidad media disponible por persona varía de menos de 50 m3 por año en algunas partes de Oriente Medio a más de 100.000 m3 por año en zonas húmedas y escasamente pobladas.
Las Naciones Unidas mantienen desde hace décadas una base de datos con el estado de los recursos hídricos de cada país.
Aunque esta base de datos se ha convertido en una herramienta de referencia común, tiene algunos inconvenientes. Las cifras sólo indican la cantidad máxima disponible en teoría para cada país, y podrían ser una sobreestimación. Además, los promedios anuales y nacionales tienden a enmascarar las diferencias locales y estacionales. Más…
Seleccionar un país para ver la cantidad de agua disponible en 2005:
o vease la tabla completa con los 193 países.
Para obtener más datos actuales o históricos sobre un país concreto, consulte la base de datos principal de AQUASTAT sobre los países [en]
Los recursos hídricos se enfrentan a una multitud de graves amenazas, todas ellas originadas principalmente por las actividades humanas, como la contaminación, el cambio climático, el crecimiento urbano y cambios en el paisaje como la deforestación. Cada una de ellas tiene un impacto específico, por lo general directamente sobre los ecosistemas y, a su vez, sobre los recursos hídricos. Más…
4.1 Si se gestionan mal, actividades como la agricultura, el desmonte, la construcción de carreteras o la minería pueden provocar una acumulación excesiva de tierra y partículas en suspensión en los ríos (sedimentación), lo que causa daños en los ecosistemas acuáticos, deteriora la calidad del agua y dificulta la navegación interior. Más…
4.2 La contaminación puede dañar los recursos hídricos y los ecosistemas acuáticos. Los principales contaminantes son, por ejemplo, la materia orgánica y los organismos patógenos contenidos en las aguas residuales, los fertilizantes y pesticidas procedentes de las tierras agrícolas, la lluvia ácida provocada por la contaminación del aire, y los metales pesados liberados por las actividades mineras e industriales. Más…
4.3 La extracción excesiva de agua, tanto superficial como subterránea, ha tenido efectos catastróficos. Un ejemplo sorprendente es la drástica reducción del Mar de Aral y del Lago Chad. Se está haciendo muy poco para atajar las causas del problema, por ejemplo la incorrecta gestión del agua y la deforestación. En las últimas décadas se ha extraído mucha más agua de fuentes subterráneas que en el pasado. Los beneficios de la extracción de aguas subterráneas suelen ser efímeros, mientras que las consecuencias negativas (reducción de los niveles de agua y agotamiento de los recursos, por ejemplo) pueden durar mucho tiempo. Más…
4.4 El cambio climático parece aumentar las presiones existentes, por ejemplo en las zonas que ya sufren escasez de agua. Los glaciares terrestres y de montaña están retrocediendo más rápidamente en los últimos años. Los fenómenos meteorológicos extremos derivados del calentamiento global, como las tormentas e inundaciones, se volverán probablemente más frecuentes y graves. Sin embargo, basándose en los conocimientos actuales, los científicos sólo pueden hacer predicciones generales sobre el impacto del cambio climático sobre los recursos hídricos. Más…
Satisfacer una demanda de agua continua y cada vez mayor requiere esfuerzos para compensar la variabilidad natural y mejorar la calidad y la cantidad del agua disponible. Más…
5.1 El agua de lluvia se recoge desde hace miles de años en muchas partes del mundo. Hoy en día, esta técnica se utiliza en Asia para recargar los suministros subterráneos, ya que es relativamente barata y tiene la ventaja de permitir que las comunidades locales desarrollen y mantengan ellas mismas las infraestructuras necesarias.
Reconducir las aguas superficiales bajo tierra puede ayudar a reducir las pérdidas por evaporación, compensar las variaciones en el caudal, y mejorar la calidad del agua. Algunas regiones de Oriente Medio y del Mediterráneo aplican esta estrategia.
Las presas y los embalses se construyen para almacenar agua para el riego y el consumo. Además, las presas pueden proporcionar electricidad y ayudar a controlar las inundaciones, aunque también pueden tener impactos sociales y medioambientales no deseados.
El trasvase de agua entre cuencas fluviales también puede ayudar a mitigar los problemas de escasez de agua. China, por ejemplo, dispone ya de grandes conexiones entre cuencas, y planea realizar más. Se debe vigilar estrechamente el impacto humano y medioambiental de estos proyectos. Más…
5.2 En muchos países, especialmente en Oriente Medio, se están reutilizando las aguas residuales para diferentes propósitos, y se espera que esta práctica se popularice. A escala mundial, el agua no potable se utiliza para el riego y la refrigeración industrial. Las ciudades también están recurriendo a la reutilización de agua para completar el abastecimiento de agua potable, aprovechando los avances en el tratamiento de las aguas. Más…
5.3 El agua desalada (agua de mar o salobre transformada en agua dulce) se usa en las ciudades y en la industria, especialmente en Oriente Medio. El coste de esta técnica ha disminuido notablemente, pero depende mucho de la energía producida a partir de combustibles fósiles y, por tanto, plantea la cuestión de la gestión de los residuos y del cambio climático. Más…
6.1 Usar de forma sostenible los recursos hídricos supone un reto debido a los muchos factores que intervienen, por ejemplo los cambios en el clima, la variabilidad natural de los recursos, y la presión debida a las actividades humanas.
En la actualidad, la política del agua todavía se rige sobre todo por preocupaciones políticas y económicas a corto plazo que no tienen en cuenta la ciencia ni la buena gestión. Se necesitan soluciones tecnológicas punteras y mayor financiación, así como más datos sobre los recursos hídricos, sobre todo en los países en desarrollo.
Para evaluar el estado de nuestros recursos hídricos, debemos ser totalmente conscientes de las funciones de las distintas componentes del ciclo del agua, como la lluvia, el agua procedente del deshielo de los glaciares, etc. De lo contrario será difícil desarrollar estrategias de protección y mitigación adecuadas.
La mala calidad del agua y el uso insostenible de los recursos hídricos pueden limitar el desarrollo económico de un país, afectar a la salud de su población y repercutir en sus medios de subsistencia. Afortunadamente, se están empezando a adoptar prácticas más sostenibles. Más…
6.2 La gestión de los recursos hídricos debería centrarse más en aumentar los recursos naturales existentes y reducir la demanda y las pérdidas de agua.
La respuesta tradicional a la creciente demanda de agua consistía en almacenar el agua superficial en embalses, desviar los caudales a las regiones áridas y extraer aguas subterráneas. Actualmente, estos métodos se combinan cada vez más con otros, como la reutilización del agua, la desalinización y la recolección del agua de lluvia. Algunas regiones están llegando al extremo de explotar los recursos de aguas subterráneas no renovables.
Hay países que tienen programas para reducir la demanda de agua y las pérdidas de los sistemas urbanos de distribución, pero todavía queda mucho por hacer. Sin embargo, esto conllevará cambios de comportamiento que necesitarán una mejora de la información al público y un mayor compromiso político. Estos esfuerzos para conservar el agua y reducir la demanda no sólo son útiles en las regiones donde escasea el agua, también pueden generar beneficios económicos en regiones más húmedas.
La gestión descentralizada de los recursos hídricos, concentrándose en las cuencas fluviales, es cada vez más habitual, incluso a escala internacional. El intercambio de información entre países que comparten cuencas fluviales generará beneficios económicos y medioambientales. Más…
Nuestros recursos hídricos están sometidos a una gran presión. Todavía se necesita más información fiable sobre la calidad y cantidad de agua disponible, y cómo esta disponibilidad varía en el tiempo y de un lugar a otro. Las actividades humanas influyen de muchas formas en el ciclo del agua, y es necasario comprender y cuantificar sus efectos para conseguir una gestión responsable y sostenible de los recursos hídricos.
Se ha hecho evidente que:
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