Hay pruebas suficientes para decir que fumar tabaco provoca varios tipos de cáncer: de pulmón, boca, faringe, nariz y senos paranasales, laringe, esófago, estómago, páncreas, hígado, tracto urinario (vejiga, uretra y riñones), cérvix (cuello uterino) y médula ósea (leucemia mieloide). Hay pruebas que sugieren que fumar tabaco no causa cáncer de mama o cáncer de la pared del útero.
Los experimentos hechos con animales de laboratorio dan pruebas suficientes para decir que el humo de tabaco y el condensado de humo de tabaco son carcinógenos.
Por lo tanto, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) ha clasificado el tabaquismo y el humo de tabaco como "carcinógenos para los seres humanos" (grupo 1). Más en inglés…
Hay pruebas suficientes para concluir que el tabaquismo pasivo provoca cáncer de pulmón.
En animales de laboratorio, hay pruebas limitadas de que la mezcla de humo principal y secundario de tabaco sea carcinógeno pero si hay pruebas suficientes para decir que el condensado de humo secundario es carcinógeno.
Además, también se han observado efectos carcinógenos en los perros que viven en hogares en los que hay humo de segunda mano.
Por lo tanto, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) también ha clasificado el tabaquismo pasivo como "carcinógeno para los seres humanos" (grupo 1). Más en inglés…
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