Contexto - Las sustancias psicoactivas como el tabaco, el alcohol, el cannabis, las anfetaminas, el éxtasis, la cocaína y la heroína pueden alterar los estados de conciencia, de ánimo y de pensamiento. El consumo de estas drogas supone un notable lastre para la sociedad en términos de salud.
¿En qué medida afectan las drogas al cerebro? ¿Cómo se desarrolla y cómo se puede tratar la drogadicción?
Este Dosier es un resumen fiel del destacado informe de consenso científico publicado en 2004 por la Organización Mundial de la Salud (OMS): "
Las sustancias psicoactivas son aquellas cuyo consumo puede alterar los estados de conciencia, de ánimo y de pensamiento. Son sustancias psicoactivas, por ejemplo, el tabaco, el alcohol, el cannabis, las anfetaminas, el éxtasis, la cocaína y la heroína. Más en inglés…
1.1 El consumo de tabaco se está extendiendo a un ritmo acelerado en los países desarrollados y entre las mujeres. El consumo medio de cigarrillos es especialmente elevado en Asia y el Extremo Oriente, aunque el continente americano y Europa del Este le siguen muy de cerca. Más en inglés…
1.2 Si bien el consumo de alcohol está disminuyendo en los países desarrollados, se encuentra en aumento en los países de la antigua Unión Soviética y en los países en desarrollo, en particular en la región del Pacífico Occidental. Más en inglés…
1.3 En todo el mundo, cerca de 200 millones de personas consumen algún tipo de droga ilegal, por lo general cannabis, pero también anfetaminas, opiáceos y cocaína. El consumo de drogas ilegales es más habitual entre los varones y los jóvenes. El número de personas que consumen drogas por vía intravenosa también está creciendo, lo cual contribuye a la propagación del VIH. Más en inglés…
2.1 Las sustancias psicoactivas constituyen un lastre notable para la sociedad en términos de salud. En particular, el tabaco y el alcohol se encuentran entre las principales causas de muerte y discapacidad en los países desarrollados. Además, se espera que el impacto del tabaco aumente en otras partes del mundo. Más en inglés…
2.2 El consumo de sustancias psicoactivas, ya sea por placer o para aliviar el dolor, puede dañar la salud y acarrear problemas sociales a corto y largo plazo. Los efectos sobre la salud pueden consistir en enfermedades del hígado o del pulmón, cáncer, lesiones o muertes provocadas por accidentes, sobredosis, suicidio y agresiones. Algunos ejemplos de los efectos en el plano social son las detenciones, la pérdida de las relaciones y el descuido de las obligaciones laborales y familiares. Más en inglés…
3.1 La drogadicción, también llamada drogodependencia, es un trastorno cerebral provocado por el consumo de sustancias psicoactivas. El drogodependiente puede experimentar un fuerte deseo por la droga, tener dificultad para controlar su consumo, sufrir el síndrome de abstinencia cuando se reduce o interrumpe el consumo y necesitar dosis cada vez mayores para notar sus efectos (tolerancia). Es posible que el individuo acabe dejando de lado otras actividades de recreo o intereses, que dedique cada vez más tiempo a conseguir o consumir la droga, o a recuperarse de sus efectos, y que continúe consumiéndola a pesar de que sus consecuencias negativas sean evidentes. Más en inglés…
3.2 Las sustancias psicoactivas afectan a la comunicación entre las células de ciertas zonas del cerebro. Por ejemplo, algunas drogas imitan o inhiben los efectos de las sustancias químicas presentes de manera natural que transportan mensajes específicos de una célula cerebral a otra (neurotransmisores) Más en inglés…
3.3 Las sustancias psicoactivas pueden clasificarse en cuatro grupos principales en función de la forma en que afectan al cerebro: depresores (como el alcohol y los sedantes), estimulantes (como la nicotina y el éxtasis), opiáceos (como la morfina y la heroína) y alucinógenos (como el PCP y el LSD). A pesar de sus diferencias, todas afectan a las regiones cerebrales implicadas en la motivación, que a su vez influye en la drogodependencia. Más en inglés…
4.1 La drogadicción puede considerarse un proceso de aprendizaje. Una persona consume una droga y experimenta su efecto psicoactivo, que resulta muy gratificante o reafirmante, y que activa circuitos cerebrales que aumentan la probabilidad de que la persona repita esta conducta. El cerebro reacciona como si consumir la droga fuera importante para la supervivencia. Más en inglés…
4.2 Algunos estudios revelan que la dependencia a determinadas drogas es, en gran medida, hereditaria, y se desarrolla por la interacción de determinados genes con otros factores individuales y ambientales. La exposición a las drogas podría afectar más a una persona que tiene predisposición genética a la drogodependencia que a otra que no la tiene. Las diferencias genéticas pueden influir en el grado de placer que proporciona la droga a una persona, el daño para su salud, la intensidad del deseo y del síndrome de abstinencia, y la manera en que se desarrolla la tolerancia. Más en inglés…
La drogadicción es más frecuente entre las personas con trastornos mentales que en la población en general. Las personas que sufren estos trastornos presentan, por ejemplo, un mayor riesgo de dependencia al alcohol en algún momento de su vida que las personas que no padecen trastorno alguno.
Asimismo, los drogodependientes son más propensos a padecer enfermedades mentales que el resto de la población. Así, por ejemplo, los adictos al alcohol, el tabaco o la cocaína son más propensos a sufrir depresión que quienes no padecen una adicción.
Esto sugiere que ambos trastornos poseen una base común, o que sus efectos interactúan de algún modo. De esta manera, el consumo de drogas podría provocar enfermedades mentales, o servir para aliviar ciertos síntomas de una enfermedad mental o los efectos secundarios de la medicación. Además, dado que un gran número de drogas provoca efectos propios de determinadas enfermedades mentales, la drogodependencia y la enfermedad mental podrían tener las mismas causas neurobiológicas. Más en inglés…
Se considera que la manera más eficaz de tratar la drogadicción consiste en combinar la medicación con un tipo de psicoterapia llamado terapia conductual. En la actualidad, se están desarrollando tratamientos nuevos y mejores. Más en inglés…
6.1 Algunos de los medicamentos empleados en el tratamiento de la drogadicción inhiben los efectos de la droga o provocan reacciones desagradables. La droga puede sustituirse por otras sustancias, como por ejemplo metadona en vez de heroína. Estos sustitutos actúan como la droga en ciertos aspectos, aunque sin producir algunos de sus efectos más perjudiciales. Más en inglés…
6.2 La drogadicción también puede tratarse a través de diferentes terapias conductuales, que intentan remplazar la motivación de consumir drogas estimulando otros comportamientos. Estas terapias pretenden ayudar a los pacientes a “desaprender” su conducta drogodependiente, aprender nuevas maneras de reaccionar ante el deseo de droga, y desarrollar nuevas técnicas para evitar el consumo. Más en inglés…
6.3 Los rápidos avances en nuestro conocimiento sobre el funcionamiento del cerebro dan lugar a un amplio abanico de nuevas cuestiones éticas sobre la investigación y el tratamiento de la drogodependencia. La investigación biomédica se guía por principios morales como garantizar que los beneficios para la sociedad sean superiores a los riesgos para quienes acceden a recibir un tratamiento o a participar en los experimentos. Las cuestiones éticas que deben tenerse en cuenta son la igualdad de acceso al tratamiento, la posibilidad de tratar a una persona sin su consentimiento, la financiación pública del tratamiento de dependencia, la credibilidad pública de los ensayos clínicos y las cuestiones morales derivadas de los experimentos con animales y la detección genética. Más en inglés…
El consumo y la adicción a las drogas suponen un notable lastre para la sociedad en términos de salud. Sin embargo, los recientes avances en la investigación del cerebro podrían ayudar a encontrar medios para reducir esta carga.
Para asegurar la eficacia de las medidas deben considerarse los siguientes aspectos:
Los recientes avances en el tratamiento de la drogodependencia plantean cuestiones éticas controvertidas que deben tenerse en cuenta. Más en inglés…
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