Contexto - El 23 % de las muertes que se producen en todo el mundo (12,6 millones) pueden atribuirse a factores ambientales. La reducción de los riesgos para la salud debe ser un elemento clave de los programas de acción ambiental.
El estudio evalúa en qué medida la gestión ambiental y la promoción de ambientes saludables contribuyen a la protección de la salud de la población.
Este es un resumen fiel del informe publicado en 2016 por la Organización Mundial de la Salud (OMS): "
Algunos de los factores ambientales de riesgo para la salud se conocen perfectamente, como el consumo de agua no potable, el saneamiento deficiente, la contaminación del aire en locales cerrados y las enfermedades infecciosas y no transmisibles; otros no son tan conocidos, como el cambio climático o el entorno construido.
La comprensión de la importancia de los factores de riesgo ambientales en la prevención de enfermedades y problemas de salud debería impulsar considerablemente los esfuerzos de la comunidad internacional para fomentar la adopción de medidas adecuadas de salud preventiva mediante todas las políticas, estrategias, intervenciones, tecnologías y conocimientos disponibles.
En este sentido, determinar hasta qué punto la aplicación de medidas de mitigación de estos factores de riesgo podría reducir la carga de morbilidad es un paso clave en la identificación y evaluación de las prioridades fundamentales para una acción ambiental concreta.
El informe presenta un amplio abanico de pruebas recientes del vínculo entre enfermedades y medio ambiente y su efecto devastador en la salud mundial, junto con conclusiones y valoraciones detalladas de cómo y en qué medida se puede fomentar la salud y el bienestar a través de la mejora del ambiente.
El total de muertes vinculadas al medio ambiente se mantiene invariable desde 2002, pero se observa un importante aumento de la fracción atribuible a enfermedades no transmisibles, debido principalmente a la reducción de los factores ambientales causantes de enfermedades infecciosas.
La situación varía en función de aspectos como la disparidad de los efectos sanitarios entre grupos de edad y género o la mayor incidencia de estos factores de riesgo ambientales en los países de ingresos bajos y medianos.
Las principales enfermedades que podrían prevenirse mediante un ambiente más sano son los accidentes cerebrovasculares, las cardiopatías isquémicas, la diarrea y el cáncer. La carga de morbilidad causada por factores ambientales es mucho más elevada en los países más pobres, a excepción de determinadas enfermedades no transmisibles, como las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, cuya carga de morbilidad per cápita es superior en los países desarrollados.
Entre las posibles acciones que pueden emprenderse para hacer frente a los riesgos ambientales cabe citar el fomento del almacenamiento de agua seguro en las viviendas y de mayores medidas de higiene, la utilización de combustibles más limpios, la gestión y el uso más sensatos y seguros de sustancias tóxicas en los hogares y lugares de trabajo, y la aplicación de medidas de seguridad y salud laboral.
Los factores ambientales se han dividido en ocho categorías principales:
Adoptar un enfoque en el que el medio ambiente se considere un aspecto fundamental de la protección sanitaria sería muy beneficioso para la salud de la población. El medio ambiente debe verse como un elemento clave para la protección sanitaria y la reducción de las desigualdades en materia de sanidad, y ocupar un lugar central en la prevención primaria. Por ejemplo, se calcula que el 42 % de la carga mundial de paludismo podría prevenirse mediante la gestión ambiental. Para maximizar la eficacia y sostenibilidad de estas medidas de prevención, se requieren un diseño y aplicación integrales, y una actuación en todos los niveles de gobierno.
Con frecuencia, los factores determinantes de las enfermedades relacionadas con el medio ambiente quedan dentro del ámbito de actuación de sectores distintos de la salud o el medio ambiente (como energía, industria/fabricación, agua y saneamiento, agricultura, vivienda, transporte), por lo que se requiere coordinación. Por ejemplo, el uso de combustibles limpios para preparar alimentos reduce las infecciones respiratorias agudas, las enfermedades respiratorias crónicas, las enfermedades cardiovasculares y las quemaduras. Por lo tanto, es necesario un enfoque multisectorial.
Más concretamente, se debe prestar atención a los siguientes elementos:
Las intervenciones sanitarias ambientales se basan esencialmente en los principios de los ODS y, como refleja el presente informe, pueden contribuir significativamente a lograr los ODS y a conseguir una mejor salud y calidad de vida para todos.
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aprobados por los jefes de Estado en la Asamblea General de la ONU de septiembre de 2015, incluyen metas claramente relacionadas con la salud, pero acompañadas de cuestiones medioambientales y de otro tipo que también influyen notablemente en los factores determinantes de la salud.
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