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Efectos de la obesidad, el consumo de alcohol y tabaco, y las enfermedades crónicas relacionadas en las prácticas laborales

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Contexto - Los factores de riesgo relacionados con el estilo de vida, como la obesidad, el consumo de tabaco, el alcoholismo y las enfermedades crónicas, pueden afectar a las prácticas laborales y la productividad.

¿Cuál es el impacto económico de estos factores en el mercado laboral?

Nota preliminar: En los documentos de trabajo, el autor o autores describen resultados provisionales o estudios en desarrollo. El objeto de su publicación es propiciar el diálogo sobre una serie de cuestiones de las que se ocupa la OCDE.

Este es un resumen fiel del informe publicado en 2015 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE): "The labour market impacts of obesity, smoking, alcohol use and related chronic diseases " 

  • Fuente:OCDE (2015)
  • Resumen & Detalles: GreenFacts
Ultima actualización: 25 noviembre 2016

¿Qué relación hay entre los riesgos sanitarios derivados del estilo de vida y las prácticas laborales?

Las enfermedades crónicas y los factores de riesgo conductuales asociados al tabaquismo, el consumo nocivo de alcohol, la mala alimentación y la inactividad física afectan a las perspectivas de empleo, los salarios y la productividad laboral de la población. Son una importante causa de bajas laborales frecuentes, en ocasiones prolongadas, y favorecen el abandono prematuro del mercado de trabajo. Esto se traduce a menudo en una mayor dependencia de las prestaciones sociales por incapacidad, desempleo o jubilación anticipada.

Además, puesto que la prevalencia de las enfermedades crónicas y factores de riesgo conductuales es más alta entre los grupos de población con menor nivel educativo y socioeconómico, las consecuencias laborales de dichas enfermedades y conductas tienden a exacerbar las desigualdades sociales.

Los resultados laborales negativos y las posibles pérdidas de producción derivadas de los mismos suponen un coste para la sociedad. Con frecuencia, los costes sociales asociados a las repercusiones laborales de las enfermedades crónicas son mayores que los gastos sanitarios derivados del tratamiento de dichas enfermedades. Por lo tanto, la gestión de enfermedades crónicas mediante la prevención y la atención sanitaria adecuada puede traducirse en un importante aumento de la producción económica gracias a una mano de obra más saludable y activa.

¿Cómo están interrelacionados la salud y el trabajo?

Un examen exhaustivo de los estudios europeos muestra que, si bien las distintas dimensiones del trabajo (como la situación laboral, horas de trabajo, demanda del puesto y nivel de estrés) repercuten en la salud física y mental, la mala salud y las conductas que aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas pueden a su vez afectar a los resultados laborales.

Esta interrelación puede dar lugar a errores a la hora de interpretar los análisis del impacto laboral de estas conductas. Por lo tanto, se requieren métodos estadísticos adecuados para separar los efectos causales que los problemas de salud tienen en los resultados laborales de los efectos causales inversos.

¿Cuáles son los efectos negativos de la obesidad en el mercado laboral?

Las pruebas bibliográficas demuestran que la obesidad tiene un claro impacto negativo al reducir las perspectivas de empleo, los salarios y la productividad laboral, especialmente entre las mujeres (aunque no exclusivamente).

  • Las personas obesas tienen menos probabilidades de ser contratadas que las de peso normal.
  • Las personas obesas ganan menos (hasta un 18 %) que las no obesas, incluso cuando ocupan puestos equivalentes y desempeñan las mismas funciones.  
  • La productividad de las personas obesas es inferior, debido al mayor número de jornadas de baja, el absentismo laboral más prolongado y el menor rendimiento laboral.  

¿Cuáles son los efectos negativos del alcoholismo en el mercado laboral?

Del análisis de 22 estudios de diferentes países se desprende que el alcohol representa una importante carga económica para la sociedad, debido a la disminución de la productividad laboral, la mortalidad prematura (40 %) y el absentismo.

Si bien el consumo excesivo de alcohol se ha vinculado a problemas de empleo, el consumo de leve a moderado está relacionado con la vida social y la interacción con compañeros fuera del trabajo, lo que redunda en una mayor satisfacción vital

En Escocia, Estados Unidos, Francia e Irlanda se ha determinado que un porcentaje importante de los costes relacionados con el alcohol derivan de la posible disminución de la productividad, y en la Unión Europea las pérdidas de producción potenciales asociadas al alcoholismo en 2003 ascendieron a aproximadamente 59 000 millones de euros.

¿Cuáles son los efectos negativos del consumo de tabaco en el mercado laboral?

El tabaquismo supone una carga importante para la sociedad debido al aumento de los costes sanitarios y, dados sus conocidos efectos adversos para la salud, puede afectar a la situación laboral. Sin embargo, se ha comprobado que apenas reduce las probabilidades de encontrar empleo, salvo en caso de consumo excesivo, y dejar de fumar puede mejorar los resultados laborales.

¿Cuáles son los efectos negativos de las enfermedades crónicas en el mercado laboral?

La mayoría de los estudios publicados aportan pruebas de una relación significativa entre las enfermedades crónicas (y los factores de riesgo asociados) y resultados laborales negativos. Las enfermedades crónicas se asocian a una reducción de las horas trabajadas y los salarios, y aumentan las probabilidades de que los trabajadores en activo se acojan a regímenes de invalidez.

Fumar incrementa el riesgo y la duración del absentismo laboral: los fumadores actuales tienen un 33 % más de probabilidades de ausentarse del trabajo que los no fumadores. Asimismo, los fumadores necesitan hacer descansos durante la jornada laboral, y la ansiedad por fumar puede afectar a su concentración.

Las consecuencias negativas de las enfermedades crónicas para el mercado laboral, como las bajas debidas a la pérdida de autonomía, las enfermedades mentales, cardiovasculares y musculoesqueléticas, y la diabetes, también agravan las desigualdades sociales, ya que las mujeres, las personas con menor nivel educativo y los trabajadores manuales son los grupos más afectados.

¿Cuáles son las conclusiones de estos análisis respecto a las políticas de prevención sanitaria?

Las políticas sanitarias orientadas a la prevención o mejora de la gestión de las enfermedades crónicas y los factores de riesgo pueden redundar en grandes beneficios para la economía en general. Tales políticas pueden abarcar distintas dimensiones, como la organización y coordinación de la atención médica (p. ej., programas de gestión de enfermedades), la financiación de servicios sanitarios (p. ej., paquetes de pago), la formación de personal sanitario, y el papel de la atención primaria en la prevención, detección temprana y tratamiento de enfermedades crónicas.

Las iniciativas pueden incluso ir más allá del sector de la salud y hacerse extensivas a cuestiones laborales y sociales (p. ej., programas de reincorporación rápida al mercado laboral). Por ejemplo, tras un episodio agudo de la enfermedad, un enfermo crónico que vuelva a estar en condiciones de trabajar, al menos parcialmente, puede reincorporarse al mercado laboral siempre que cuente con la flexibilidad y los medios necesarios. Algunos estudios relacionan la reincorporación rápida al mercado laboral con mejores resultados.

¿Cómo pueden las autoridades hacer frente a las consecuencias laborales de estas causas específicas de enfermedades crónicas?

Los gobiernos de la OCDE deben diseñar políticas sanitarias destinadas a abordar estos importantes factores de riesgo conductuales y las enfermedades crónicas derivadas de los mismos. Esto podría contribuir a la creación de empleo, aumentar la productividad laboral y reducir las desigualdades sociales en materia de salud. De lo contrario, la reducción del empleo se traducirá en una pérdida de ingresos fiscales para los gobiernos, y los posibles costes sociales irán acompañados de una menor inversión pública. Los empleadores deberán asumir los costes de rotación y sustitución temporal de personal, lo que puede restarles competitividad en el mercado.


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